jueves, 16 de agosto de 2007

- EL TIO GORIOT DE HONORE DE BALZAC

El tío Goriot (o el padre Goriot) empieza describiendo el barrio latino donde se localiza la paupérrima pensión de la señora Vauquer. Esta pensión va a ser el corazón de la novela, el lugar de donde emanan los acontecimientos.
A continuación Honore describe los siete clientes internos de la pensión, que junto al servicio y la propietaria acaparan el protagonismo de la historia. Todos los personajes o se alojan de forma interna o externa en la pensión o guardan relación con alguno de ellos.
Cuatro temas entrelazados destacan y se van introduciendo poco a poco al lector:
- La misteriosa relación del tío Goriot con dos señoritas que le visitan y que, luego se sabrá que son sus hijas. Con las hijas de Goriot se describe la situación en un barrio de clase media, el Chausse de D´Antin
- La situación de Rastignac, estudiante que viene de provincias a París y que su máxima pretensión es la escalada social. Este personaje aprovecha la exigua relación con su lejana prima, la vizcondesa de Beauseant, para introducirnos en la clase alta, en el barrio de Saint Germain.
- La precaria situación de la señorita Vitorina TAIFALLER, que no es reconocida por su rico padre.
- Vautrín, que luego se sabrá que se trata del conocido y peligroso delincuente llamado “Burla-La-Muerte” y que prepara el asesinato del hermano de Vitorina para que el padre la reconozca (al quedarse sin otra descendencia), cosa que finalmente se consigue pero sin la recompensa esperada por parte de Vautrin: el matrimonio de Rastignac con Vitorina
Por otra parte en la novela se describen tres uniones morganáticas, extrañas al lector actual y que dificultan la credibilidad de la novela desde la perspectiva moderna. Dos de ellas se centran en ambas hijas de Goriot y la otra en la pariente de rica de Rastingac, que es la que le enseña a trepar socialmente y le introduce en el mundillo. Este tipo de uniones debía darse con total publicidad cuando los matrimonios legales no eran otra cosa que contratos económicos, lo que daba lugar a que tanto el marido como la esposa tuvieran amantes estables y con relaciones vinculantes.
Y el camino del progreso social a través de una amante (una hija de Goriot) que esté casada con un hombre rico es por el que opta Rastingac. A Rastingac se le abre otro camino que desestima, pero que tiene consecuencias trágicas que acaban con el duelo del hermano de Vitorina, el cual es amañado por Vautrin y concluye con la muerte-asesinato del hermano. Como Vautrin es detenido en una de las escenas mas relevantes y mejor escritas de la literatura universal, el proceso no va a mas.
Dos temas morales se manifiestan en la novela:
v El primero trata de la denuncia de una huésped de la pensión, la señora Michonneau, a otro huésped, el señor Vautrin. A pesar de ser un reconocido delincuente, las relaciones de Vautrín con los huéspedes de la pensión son calificadas como positivas, por tanto el resto de los huéspedes toman partido por el delincuente-asesino y exigen la expulsión de la señorita Michonneau de la pensión. Se comprueba de esta manera la superioridad emotiva de la afiliación a un grupo pequeño, no necesariamente familiar como sería el de los que comparten una misma pensión de forma armónica, sobre a fuerza de afiliación a un grupo grande, que en este caso sería la sociedad.
v El segundo es el tema central de la novela, y trata sobre la crítica social del desprendimiento de los hijos (hijas en este caso) sobre los padres, a los cuales explotan al máximo y sobre los que no recae mas que mínimas consideraciones sentimentales. Incluso Goriot, que entrega toda su vida y hacienda a sus hijas, pretende de ellas una recompensa, aunque mínima. Goriot no entiende, como la mayoría de las personas, que la relación padres-hijos no es simétrica; la obligación del padre es dar y aportar todo lo posible para el bienestar social, económico, cultural, etc de sus hijos, pero sin pedir nada a cambio. Las hijas de Goriot no le dan nada, a Goriot no debiera importarle, pero le importa, llega a arrepentirse de haberles dado dinero en vida, sin esperar a morir, pensando que de esta forma las hijas le tratarían mejor. Y posiblemente tenga razón, pero la auténtica entrega del padre hacia las hijas no puede ser casi total, como en el caso de Goriot, sino que debe ser total. Exigir compensación, incluida la emotiva, a las hijas no es parte de la totalidad en la entrega del padre.

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