martes, 17 de julio de 2007

- MADAME BOVARY, de GUSTAVE FLAUBER

Elegante novela de Gustave Flaubert publicada en el año 1856 en Francia.
Se trata de la historia del anodino médico de provincias Charles, hasta que casi desde principio de la novela aparece su segunda esposa, Emma, que cobra el protagonismo hasta casi el final, cuando muere y Charles vuelve a tomar la iniciativa novelística haciendo coincidir la muerte de Charles con el final de la novela.
Se trata principalmente de dos historias, la del adulterio de Emma (realmente dos adulterios, Rodolphe y León) y, en segundo lugar, la del amor no correspondido de Charles sobre Emma. El resto de historias secundarias apenas tienen interés, mero decorado. Incluso los diálogos entre el párroco y el boticario resultan demasiado estereotipados, con poca o ninguna aportación al lector moderno culturizado.
Asombra la ingenuidad, embebida de mediocridad, del marido que, no solo es el último en enterarse, sino que propicia, la mayor parte de las veces, el encuentro de su esposa con sus amantes, llegando el lector a dudar, en ocasiones, sobre si realmente Charles es un marido conocedor y consentidor (por amor, por no perderla) de las relaciones infieles de su esposa.
Si actualmente la publicación de la novela en sí, y a diferencia de lo ocurrido en el siglo XIX en Francia, no representaría ningún escándalo, la situación de Emma y Charles en la vida real sería comentada en todos los mentideros de la ciudad en la que se desarrollase la historia, pues actualmente en la sociedad española, es prácticamente inexistente el adulterio prolongado y visible de una mujer casada no separada con un hombre soltero. A ninguna pareja que mantenga relaciones adulteras se les ocurre ir del brazo por la calle.
La crítica social de la Francia del siglo XIX a Flaubert no va dirigida tanto a lo inmoral del adulterio en sí como a que no se castigue a la adultera, por su conducta infiel, dentro de la novela. La moral siempre ha estado al servicio del poder, y el poder en aquel entonces lo ostentaban personas muy maduras del género masculino casados con mujeres o relacionados con amantes 20 o 30 años mas jóvenes que ellos. Una forma de mantener fieles a sus esposas y amantes es la vigilancia, otra la imposición de una moral que impida o disminuya la natural tendencia de la mujer a sentirse atraída por otros hombres mas jóvenes e interesantes.
Por otra parte tampoco parece totalmente cierto que no haya una enseñanza moralizante, y me explico: Emma lleva una vida doblemente disipada, por un lado en lo concerniente a sus relaciones adulteras y por otro en lo relativo a su desgobierno económico. Aunque no están claramente asociadas, todo lector y lectora de la época puede concluir que una mente atolondrada lleva simultáneamente una vida sin control tanto en el campo sexual como en el económico, y si una es un desastre como esposa también lo será en el despilfarro, las deudas excesivas, etc. Emma es llevada a la ruina por un desaprensivo comerciante, esta ruina económica le lleva al suicidio, ¿no es suficiente castigo?, tampoco es afortunada con sus amantes, ella se enamora de ellos, pero ellos no acaban de hacer lo mismo con ella, y está situación le provoca una angustia que difícilmente supera, todo ello unido a la tristeza que le genera el hecho de convivir con un hombre al que no quiere, por muy enamorado que esté él de ella. ¿Que mayor castigo se puede pedir?. No obstante, es cierto , y aquí radica la originalidad de la novela, que el adulterio es practicado por Emma con naturalidad, sin grandes crisis emocionales, que solo se manifiestan cuando se rompe la relación con su amante Rodolphe.
Finalmente no deja de sorprender y desconcertar para un lector actual la indiferencia con que es tratada la hija de ambos protagonistas, básicamente se trata de una niña no querida, que no colma la vida de los padres y que tiene para ellos una importancia incluso menor que la criada. A mi entender es la actitud mas claramente criticable de la madre y, en menor grado del padre, pues éste aún manifiesta, en ocasiones, algún sentimiento de amor hacia su hija.
Emma se suicida por ruina económica, Charles muere de amor por Emma, Berthe, la hija de ambos, vive la muerte en vida por carencia de amor paterno.
A nivel artístico destacar la inmortal y sublime escena de Emma y León en la carroza, “...se vio aparecer entre las cortinas de tela amarilla una mano desnuda. Se abrió y dejó caer unos pedacitos de papel roto que se diseminaron al viento,...” y la descripción del entierro de Emma “...La tapa del ataúd, golpeada por las piedras, produjo ese ruido escalofriante que sugiere resonancias de eternidad”.En cuanto al estilo decir que muchos escritores modernos deberían imitar a Flaubert. En las novelas actuales abundan en la que se describen relaciones sexuales con detalle, que no aportan nada al contenido de la historia que se trate. La liberalidad de la sociedad no es la del arte, ni tampoco la de las costumbres de los artistas, sino la del conjunto de los ciudadanos. El reclamo de escenas sexuales en la novela, cine, pintura, etc, no puede aportar nada a personas maduras y mentalmente desarrolladas.

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